
Hace tiempo que tenía enormes ganas de llegar contigo, pero por razones de tiempo, pega, y porque no decirlo, de voluntades, no he podido concretarlo. Y no porque no lo haya sentido, sino, por simple ejercicio de soberanías y autocuidados. –algún día hablaremos de ello, nada serio, solo que mis uniones con pasados recientes, me hacen tomar ciertas precauciones-
Que bueno saber que estás, que me recuerdas y que más aún, me escribes. De verdad que me gustaría verte y saber de ti. Te contaré que mi vida se está resolviendo en Rancagua que afectivamente ando re bien (mejor imposible), sonriendo por la vida, naturalmente que de eso conversaremos cuando estemos en vivo. De pega, me quejo, buenas propuestas y buenas temporadas he tenido, pero sólo eso. Familiarmente, bien, caminando por la vida, más unidos luego de miles de tormentas. Físicamente, algo más flaco, más piola, pero contento y feliz con lo mío. Puras wenas noticias.
Hay tanto que conversar que feliz me tomaré un vinito con usted. Cuando tengas tiempo disponible para mí, tu amigo ingrato, pero presente de corazón. Cuéntame como estas, que haces y dónde estás viviendo. Quiero saber de ti, de tus días, tus ondas y tus experiencias. Muchos abrazos, saludos a los tuyos y que tengas los mejores de los días…
Cariños, Tito.